Obdulia aprendió los secretos de la elaboración de un buen queso gracias a un curso realizado en su localidad, Noalejo: cómo batir la leche, en qué punto justo comenzar a enmoldar, cómo darle frío y tiempo de curación... el resultado del trabajo de esta emprendedora, que utiliza leche de cabra de ganaderos de sus dos comarcas de referencia, Sierra Mágina y Sierra Sur, es una gama de quesos de una gran calidad, esa calidad buena que solo las cosas realizadas artesanalmente tienen, con una factura en la elaboración que Obdulia gusta de recordar que rememora al queso de cortijo, revisado cada día, curado al fresco del clima campero de la sierra. Y es que las manos de Obdulia son el principal instrumento, la clave, para que sus quesos tengan el sabor que solo ella sabe darle. Su pequeña producción la ha encaminado hacia tiendas y supermercados pequeños y también a la distribución a particulares de cualquier punto de España. Ya han degustado su producto en Madrid, Barcelona, Baleares, Córdoba.